La modernización de aplicaciones es uno de los muchos procesos dentro de la transformación digital. Sigue leyendo para saber más sobre qué es la modernización de aplicaciones y qué posible impacto tiene en nuestros negocios.

Hablamos de modernizar nuestras aplicaciones como aquel proceso por el cual buscamos mejorar la infraestructura de las aplicaciones o añadir nuevas aplicaciones que nos permitan alcanzar los objetivos de negocio. 

La llegada del Covid-19 ha exigido a los equipos de IT modernizar sus aplicaciones. Es una realidad que muchos de ellos ya se han puesto en marcha, pues la pandemia ha llevado en muchos casos a acelerar esta decisión. 

Así pues, nos encontramos hoy en día ante una tendencia tecnológica plagada de beneficios que permite a las empresas competir de forma más eficiente

A la hora de llevar a cabo un proceso de modernización hay que tener claro y saber en qué situación nos encontramos.

La modernización de aplicaciones es la estrategia por la cual una compañía realiza cambios en la infraestructura de sus aplicaciones con el fin de adaptarse a las nuevas necesidades y ritmo del negocio. Modernizar es necesario, ya que permite a las empresas mantenerse en constante renovación. Estar a la vanguardia nos permitirá adoptar una nueva estrategia y sobre todo ofrecer experiencias de usuario mucho más completas y satisfactorias

Lo que buscamos con la modernización es adaptarnos a las últimas tendencias tecnológicas, agregar valor y permitir a las empresas, en este caso a los desarrolladores, que sigan innovando. 

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Es importante llevar a cabo un análisis de la situación y tener un buen plan de acción a la hora de modernizar. Y un buen plan para abordar un proyecto de modernización pasa por trasladar las aplicaciones a contenedores. Esto nos permite ser más ágiles y flexibles entre otras muchas cosas.

Cuando ejecutamos las aplicaciones en contenedores -una buena opción es GKE de Google Cloud- nos acercamos a un enfoque basado en microservicios. ¿Qué son los microservicios? El enfoque que había hasta ahora era un enfoque tradicional y monolítico. Adoptar un enfoque basado en microservicios permite la división de las aplicaciones y, por lo tanto, que estas sean independientes entre sí. 

La transformación digital es una necesidad. La modernización de las aplicaciones es un paso más de esta transformación que se exige en las empresas de hoy en día, con el fin de conseguir nuevas capacidades tecnológicas, una mayor agilidad y más flexibilidad.

Uno de los beneficios de estar alojado en la nube es el pago por uso. Y con las aplicaciones pasa exactamente igual. Tener las aplicaciones en la nube te permitirá acceder a todos los recursos disponibles y no tendrás que preocuparte por gastos adicionales, como el coste de mantenimiento. 

Como hemos comentado anteriormente, adoptar un modelo de contenedores permitirá a las empresas y, sobre todo a los desarrolladores, seguir desarrollando y acceder a los últimos avances. Serán capaces de desarrollar y desplegar nuevas aplicaciones y servicios rápidamente mediante la adopción de una arquitectura nativa de la nube.

Se acelera la capacidad de entrega mediante la adopción de las mejores prácticas de DevOps - SRE (Site Reliability Engineering), con el fin de fomentar una cultura de automatización y transformación.

Como hemos dicho anteriormente, antes de abordar un proyecto de modernización hay que tener en cuenta la situación en la que nos encontramos y tener un buen plan de trabajo. 

Uno de los primeros pasos que hay que dar a la hora de abordar este tipo de proyectos es hacer un análisis profundo del estado de la compañía y del entorno de las aplicaciones. De esta forma, se puede fundamentar una buena estrategia y generar un plan de acción donde queden reflejadas las cargas de trabajo que se pueden ir modernizando a través de la nube, su viabilidad para obtener buenos resultados y cómo y cuándo llevarlo a cabo para cada una de ellas. 

Dentro de este proceso nos encontraremos con alguna que otra diferencia dependiendo de la situación de la empresa. No abordaremos de la misma manera y ejecutaremos las mismas estrategias en nativas digitales (greenfields), que en empresas con una trayectoria más tradicional (brownfields).

  1. Un buen abordaje en entornos brownfieldsería comenzar por la aplicación más sencilla y que más beneficios a corto plazo nos puede proporcionar. De esta forma, podemos ir aprendiendo y cogiendo soltura, generando aprendizajes y buenas prácticas que nos servirán para la modernización de aplicaciones más complejas. Ya que los procesos son diferentes según el estado de cada compañía, esto nos daría una seguridad extra en entornos muy complejos o de gran tamaño.

  2. En entornosgreenfield, es más habitual hacerlo de forma más global y ambiciosa, adaptándonos a las necesidades y prioridades de estos negocios, ya que cuentan con más expertise técnico interno y un contexto con menos complejidades heredadas.

Es uno de los patrones más comunes. Es el más simple, puesto que migramos la infraestructura que teníamos en local de la misma manera a la nube. A simple vista parece la más fácil y que no trae ningún tipo de inconveniente. Pero esto no es así, ya que si contábamos con cualquier error en los servidores locales, estos se subirán también en la nube y se añadirán los problemas de estar en un nuevo entorno.

Uno de los pasos críticos para garantizar que lift and shift realmente funciona es, por ejemplo, garantizar que la aplicación que hasta hace poco operaba en el centro de datos local todavía tiene acceso a los mismos documentos y datos una vez que está en la nube.

Se encuentra en un punto intermedio entre “Lift and Shift” y “Refactoring” que veremos a continuación. Tiene sus similitudes con volver a hospedar las aplicaciones en la nube, pero se busca realizar ciertas modificaciones dentro de la aplicación con el fin de poder aprovechar  los beneficios de estar en el nuevo entorno. Hay algunas modificaciones comunes que normalmente se realizan durante el cambio de plataforma. Por ejemplo:

  • Cambiar la forma en que el programa interactúa con la base de datos para beneficiarse de la automatización y una infraestructura de base de datos elástica.

  • Habilitación de un mejor escalado y aprovechamiento de los recursos reservados en el entorno de la nube con cambios mínimos de código.

Uno de los enfoques más complicados a la hora de realizar una migración de aplicaciones a la cloud. Este enfoque busca cambiar totalmente el software o código base, con el fin de crear uno nuevo y así aprovechar al máximo las características de la nube.  

Como decimos, es uno de los enfoques más complejos, puesto que se cambia el código y hay que ir iterando para que no haya retrocesos. Además, hay que asegurarse de que la aplicación se diseña para una mejor utilización de los recursos en la nube. Es el enfoque que más tiempo y recursos consume, pero también puede proporcionar el mayor retorno de la inversión.

Los contenedores en software son aquellos espacios en la nube donde se encuentra todo lo necesario para que las aplicaciones puedan funcionar. Ahí encontramos el código de la aplicación, su configuración, la API, etc.

Esto lo hace mucho más compacto y mucho más barato que una máquina virtual, por lo que reducimos los costes. Lo que hace es crear una capa de abstracción donde no exista la necesidad de abstraer el hardware. 

Estas son algunas de las herramientas más utilizadas para contenerizar las aplicaciones:

  • Docker

  • Kubernetes 

  • OpenShift

  • Nomad

  • MiniKube

  • Marathon

Con toda esta información sobre la mesa, podemos afirmar que nos encontramos ante una tendencia tecnológica. Como bien sabemos, la modernización y cualquier transformación digital son procesos costosos y lentos.

Por eso tenemos que tener un buen plan de acción para poder valorar y definir muy bien qué estrategia es la mejor para cada negocio y estar seguros de que este cambio cubre una necesidad real.

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