Cuando hablamos de IoT, de internet de las cosas o internet of things, nos estamos refiriendo a la interconexión de objetos y dispositivos a través de una red. ¿Quieres saber más sobre este término? A continuación te lo explicamos.

El internet de las cosas en su definición es un término que se refiere a la interconexión digital de distintos elementos cotidianos con internet. Es parte de un gran cambio en el sistema digital, ya que ofrece oportunidades y acceso a datos relacionados entre otras cosas con la sanidad, seguridad, educación, etc. Es un término muy relacionado con la inteligencia artificial y con la transformación digital.

El internet de las cosas supone un gran avance en la forma en la que nos relacionamos con las cosas cotidianas de nuestra vida. Con esta transformación, las empresas de productos o servicios pueden obtener datos y, por lo tanto, ofrecer en el futuro un producto mejorado, teniendo en cuenta el comportamiento de los usuarios con estos productos.

Por otro lado, podemos decir que el Machine Learning es otro concepto que influye en el desarrollo del IoT, ya que su función es aprender de manera automática a través de determinados patrones. Conceptos diferentes, pero con mucha interrelación entre sí.

Este concepto apareció por primera vez en el año 1999, creado por Kevin Ashton a raíz de ciertas investigaciones de la identificación por radiofrecuencia y la tecnología de sensores.

Pongámonos en el caso de que los libros, paquetería, medicina u otras cosas estuvieran conectadas con internet, sabríamos y tendríamos perfectamente controlados todos los productos, stock, fechas de caducidad, sabríamos también su gasto a nivel mundial, entre otras muchas cosas.

Pero a pesar de todo esto, podríamos irnos muchos años atrás cuando, por ejemplo, en el año 1874, un grupo de investigadores de origen francés instaló en el monte Mont Blanc dispositivos de información meteorológica y de profundidad de la nieve que llevaban información hasta París a través de un enlace de radio.

Es decir, que aunque sea un término relativamente nuevo, lleva en desarrollo muchos años.

El objetivo principal del internet de las cosas o IoT es registrar información a partir de sensores para que, una vez recabada esta información, podamos actuar en consecuencia mediante automatizaciones, sin necesidad de intervención humana.

  • Optimización de procesos: en cuanto a tiempo, costes, trabajo… en la mayoría de los casos mecanizando estos procesos.

  • Obtención de información que nos ayude a hacer seguimientos preventivos a tiempo real o a tomar decisiones que nos ayuden a mejorar, implementar o solventar errores, por ejemplo, en empresas que utilizan big data.

Hay muchas cosas que podemos poner como ejemplos de IoT, pero vamos a destacar algunos de la vida cotidiana:

  • Zapatillas inteligentes: la Gemini 2 es una zapatilla de la marca Under Armour que mide tanto la distancia como el tiempo y las calorías quemadas, ya que se sincronizan vía bluetooth.

  • Sensores para el jardín: son unos sensores que lo que hacen es medir la temperatura, las horas de exposición solar, fertilizante... De tal manera que el sensor envía estos datos a un dispositivo móvil para que podamos controlar estos datos y actuar en consecuencia.

  • Wearables para perros: son unos sensores que van instalados en el collar de nuestras mascotas y monitoriza su actividad, horas y calidad de sueño y hasta incluso son capaces de detectar posibles enfermedades o anomalías.

Acabamos de ver algunos de los ejemplos que podemos encontrar en nuestro día a día. Pero ¿podemos aplicarlo a nuestros negocios o empresas? La respuesta es sí. Cada vez son más las empresas u organizaciones que tratan de implementarlo, ya que ayuda a automatizar y a obtener información de valor.

  • Logística y cadena de suministro: las cadenas de suministro se han modernizado. Con la aparición de ciertas tecnologías de seguimiento (GPS), sensores u otras tecnologías, somos capaces de hacer un seguimiento de los productos a lo largo de la cadena. ¿Beneficios? Planificar de manera más efectiva en todas las áreas.

  • Sanidad: el IoT también ha supuesto un cambio en el sector sanitario. Si echamos la vista atrás y vemos lo que tenemos hoy en día, el cambio es más que evidente. Por ejemplo, podemos encontrar dispositivos portátiles y de monitorización que ofrecen una atención sanitaria más segura y efectiva mediante la monitorización de las constantes vitales del paciente.

  • Retail: las aplicaciones de IoT permiten a las empresas minoristas mejorar la experiencia del cliente, optimizar la cadena de suministro y reducir los costes operativos.

  • CPG: en esta industria, la producción en masa es esencial. Por lo que tener IoT para controlar los procesos de fabricación y centrar el control de la infraestructura es esencial hoy en día.

Todo cambio conlleva ciertas ventajas y desventajas que hay que valorar a la hora de abordar un proyecto o tomar una decisión. Explicamos algunas de ellas:

  • Adoptar una estrategia basada en los datos: la capacidad de recopilar datos de los objetos inteligentes nos permite tener información de los usuarios, máquinas u objetos, con el fin de hacer un análisis prácticamente en tiempo real.

  • Aumentar la productividad y eficiencia: ligado al punto anterior, que los objetos y máquinas de producción tengan sensores y controlen nuestra producción nos ayudará a producir la cantidad exacta y, por tanto, a ser más eficientes.

  • Aprendizaje y nuevos modelos de negocio: se trata de una herramienta que ha cambiado y seguirá cambiando el rumbo de los negocios. Ha marcado un antes y un después en el sector empresarial, ya que ha exigido una necesaria profesionalización y activar el interés de las personas por aprender sobre tecnología y especializarse, con el fin de poder crear nuevos modelos de negocio.

  • Acelerar la innovación y transformación digital: conectar el mundo físico con el mundo digital fue uno de los pilares para que la tecnología empezara a crecer. A día de hoy, nos encontramos sumergidos en una nueva era tecnológica.

  • Inversión en tecnología: no es una gran desventaja, ya que los beneficios que nos otorga son compensados rápidamente. Pero, ante el continuo y exponencial avance de la era tecnológica, es lógico pensar que cada vez tendremos que invertir más en tecnología para nuestros negocios.

  • Complejidad: conectado con el punto anterior, la implementación y conexión de múltiples dispositivos mediante IoT tiene una cierta complejidad, por lo que será necesario integrar diferentes tecnologías.

  • Seguridad y confianza: uno de los pilares a la hora de adoptar nuevas tecnologías es la seguridad. Los clientes y usuarios tienden a sentirse vulnerables ante estos cambios y se necesitan refuerzos en este sentido.

El IoT es uno de los procesos que pueden formar parte de nuestra transformación digital. Nos puede llegar a ofrecer información en tiempo real, que si es ingestada y explotada de una manera correcta, nos ofrecerá una ventaja competitiva. Nos permitirá reducir los costes operativos, automatizar procesos, mejorar la productividad, entre otras muchas cosas.

Pero el internet de las cosas no es algo nuevo, quizás sí el término pero no su trasfondo, ya que se lleva utilizando muchos años, entre otras cosas, para mejorar los procesos empresariales y la vida de las personas.