Seguro que llevas un tiempo escuchando hablar de las smart cities o ciudades inteligentes. Muchas ciudades se han puesto la etiqueta de que, efectivamente, lo son pero, ¿cuál es la definición exacta de smart city? ¿de verdad esas capitales son ciudades inteligentes? Veamos más a fondo qué son las smart cities, cómo funcionan, requisitos y algunos ejemplos de ciudad inteligente.

Cuando hablamos de smart cities o ciudades inteligentes estamos ante aquellas ciudades que, usando la tecnología y la innovación, además de otros muchos recursos disponibles, buscan que la calidad de vida de los habitantes de esa ciudad aumente, entre cosas, promoviendo un desarrollo más eficiente y sostenible.

Se calcula que cada día, 180.000 personas se mudan a vivir a una ciudad en alguna parte del mundo. Esto significa que, para dentro de 30 años, el 70% de la población mundial vivirá en ciudades. Debido a este incremento brutal de los habitantes de las ciudades, surgió la idea de las smart cities: Dar respuesta con las TIC (Tecnologías de la información y la comunicación) al desafío de convivencia de tantas personas en muchos aspectos del día a día.

La planificación urbana, la accesibilidad, el transporte, la sostenibilidad y el ahorro energético, la sanidad, el medio ambiente... son algunos de los temas que gracias a ser smart city mejoran y, de esa forma, conseguir que la calidad de vida de los ciudadanos aumente.

Aplicando las TIC e IoT (internet de las cosas, en inglés), conseguiremos mejorar todos los aspectos mencionados arriba. Veamos más en detalle cómo funcionan las ciudades inteligentes y los ámbitos de aplicación:

  • Planificación urbana: Aquí estamos antes la gestión de la propia ciudad en temas de movilidad (ya sea en transporte público, optimizando las rutas, o gestionando el tráfico en general de manera más eficiente) y de sostenibilidad (edificios inteligentes provistos de domótica para ahorrar energéticamente, instalaciones de iluminación automatizada y LED, riegos automáticos en los jardines, etc).

  • Medio ambiente: Un poco de la mano de la sostenibilidad, se buscará la eficiencia energética fomentando el uso de transporte público o eléctrico (eMobility), así como realizando campañas de concienciación para diferentes temas como reciclaje, ahorro de agua, reducción de la emisión de gases…

  • Salud: En este punto podríamos enumerar infinitas iniciativas, pero las más comunes, utilizando las TIC, serían la teleasistencia, la digitalización de la información de los pacientes, o la alertas automatizadas a los servicios de urgencias por parte de personas de riesgo.

  • Servicios gubernamentales: Transformación digital y digitalización de todos los servicios de la administración pública; burocracia 100% online, acceso a internet y cobertura móvil en cualquier parte, etc.

  • Seguridad: Como ejemplo, aquí tenemos la conexión de todos los servicios de seguridad ciudadana (emergencias, policía, bomberos) para que la atención sea lo más rápido posible.

  • Turismo: La accesibilidad a la información del turismo y ocio es clave para ser una smart city también para nuestros visitantes. Un buen ejemplo son las app móviles con información relevante, agenda, audioguía, cartelería interactiva en los puntos más representativos de la ciudad…

A día de hoy, muchos ayuntamientos quieren colgarse la “medalla” de smart city pero, ¿cuántas ciudades lo son en realidad? Veamos los requisitos que una ciudad inteligente debería cumplir para que se la considere como tal:

  • Empleo de las TIC - Tecnologías de la información y la comunicación aplicadas a la salud, educación, etc.

  • Automatización y control de edificios

  • Planificación urbana eficiente

  • Movilidad urbana y transporte público sostenible

  • Gestión inteligente de los residuos

  • Transparencia entre el gobierno y los ciudadanos

  • Open data (datos compartidos)

  • Preocupación por el medio ambiente.

  • Atracción de capital humano y preocupación por sus habitantes a nivel social.

Algunos de estos puntos los cumplen muchas ciudades pero, ¿cuántas conoces que cumplan todos y cada uno de ellos? Ahí es donde reside la verdadera virtud de ser una smart city.

Y algunos se preguntarán por qué esforzarnos en crear smart cities, qué conseguimos con todo esto, pues muy fácil: Se trata de construir ciudades que aporten valor a la sociedad. Algunos ejemplos de lo que podemos lograr con una smart city son:

  • Inclusión de los habitantes de la ciudad en la vida pública de la misma.

  • Transparencia: Conocer la labor de manera clara realizada por nuestros gobernantes.

  • Distribución de recursos eficiente: Gracias al ahorro energético, de agua, mejora de transportes... Podremos mejorar la distribución de recursos.

  • Generar riqueza y empleo: Al mejorar la calidad de vida de una ciudad, gracias a las acciones llevadas a cabo, más empresas querrán formar parte del ecosistema empresarial de esa ciudad.

  • Conseguir una tecnología asequible: Redes wifi gratuitas, sensores, big data, reconocimiento facial, smart grids (redes inteligentes de gestión) o IoT son puntos clave.

Ahora veamos algunos ejemplos reales de cómo conseguir ser una ciudad inteligente en valores como movilidad sostenible, tecnología, planificación urbana etc.

  • Sensores: Instalar sensores para realizar todo tipo de mediciones como calidad del aire, emisiones de CO2, el tráfico, el transporte público…

  • Transporte público alternativo y ecológico: Bicis, motos y otros vehículos eléctricos que, a través de una app, podemos reservarlos y gestionar.

  • Placas solares para alimentar diferentes iluminaciones urbanas como semáforos o señales luminosas.

  • Aplicaciones móviles con información de interés para la ciudadanía y lugar de recogida de feedback de los mismos.

  • Construcción de edificios inteligentes con domótica, junto a una mejor planificación urbana; proyectando zonas verdes, calles más accesibles, escaleras mecánicas en el caso de ciudades con muchos desniveles, etc.

En España tenemos grandes ejemplos de ciudades consideradas smart cities. Las que más implementaciones tienen son Valencia y Barcelona, las cuales cuentan con portales abiertos al público, sensores instalados en toda la ciudad, servicio de alquiler de bicicletas y otros vehículos eléctricos, alumbrado público eficiente, transporte urbano inteligente…

Aunque en otras ciudades también cuentan con innovaciones tecnológicas, muchas basadas en el IoT, que son dignas de mencionar. Algunos ejemplos son:

  • Instalación de más de 20.000 sensores en la ciudad de Santander donde aglutinan sensores para las paradas de autobuses y taxis, recogida de basuras, aparcamiento…

  • Electrificación de los autobuses urbanos: Algunas ciudades cuentan ya con el 100% de su flota eléctrica.

  • Aumento de las zonas peatonales y carriles bici: San Sebastián cuenta, en el centro de la ciudad, con un 75% de las calles peatonales. Lo que ha mejorado notablemente la calidad del aire, el nivel de decibelios y ha aumentado el gasto en los comercios de las calles del centro y aledaños.

En definitiva, las smart cities son el futuro y, desde Incentro, somos conscientes de ello desde hace tiempo. Por eso hemos desarrollado varios proyectos de transformación digital, con los cuales, se buscaba solventar alguno de los problemas descritos anteriormente.

Un buen ejemplo es el caso de Connexxion, una app por la cual, cuando viajas en transporte público, además de poder consultar en tiempo real los horarios y ubicaciones de los autobuses, si tienes que hacer transbordo, puedes avisar al conductor del siguiente autobús que estás llegando a tu parada para que te espere unos minutos.

Y tú, ¿no quieres vivir en una smart city?